domingo, 28 de octubre de 2012

"El talento consiste en imaginar rápido" Pep Marí



Entrevista realitzada per la Vanguardia a Pep Marí, psicòleg esportiu i amic de la familia  de l'Iluro HC.
El tema del que tracta és sobre la publicació del seu llibre " Aprender de los campeones", us el recomenem!!



- ¿Cómo surgió la idea de publicar el libro ‘Aprender de los campeones’?

-Llevo trabajando 23 años como psicólogo en el CAR y los principios que

 regulan el alto rendimiento son los mismos que en cualquier actividad, y
a sea

deportiva o del tipo que sea. Para ser el mejor cirujano, periodista o psicólogo

tienes que hacer lo mismo que para ser el mejor futbolista.



- ¿Cuáles son estos principios?


- En el libro los represento a través de una pirámide en cuatro niveles. El 

primero, y es lo que tienen en común los campeones, es que pueden aprender.

Son personas que se acompañan de un entorno inmediato que no resta en su 

rendimiento. Si tú eres inestable viviendo no puedes ser regular rindiendo. En 

segundo lugar, no sólo pueden aprender sino que también quieren aprender.

La motivación. Tienen muy claro los objetivos y lo más importante es que se 

dejan la piel para conseguirlo.



-¿Cuál sería el tercer nivel?

-  Los campeones saben aprender: reconocen los errores como propios y no

buscan excusas, y los corrigen rápidamente. Un entrenador me dijo que hay

dos clases de deportistas, aquellos que buscan una excusa para poder fallar y

aquellos que buscan una solución para poder acertar. Los que buscan excusas 

no son campeones Los perdedores se quejan, los ganadores aprenden. Un 

campeón puede, quiere y sabe aprender pero falta una cosa.



-¿El qué?
- La puesta en escena, es decir, saber competir, rendir bajo presión, controlar 

los nervios, mantener la concentración y tener confianza en tus posibilidades. 

Está muy bien esforzarse pero no hay suficiente, hay que saber rendir. La 

cultura del esfuerzo más la de la eficacia es éxito asegurado.



- Además de saber rendir y esforzarse en el libro también da mucha 

importancia al talento. ¿Se puede ser un campeón sin talento?

- Te pondré un ejemplo con los jugadores Messi y Pedro. ¿Cómo es que Messi 

hace unas cosas que Pedro no hace? Podríamos caer en la tentación de decir 

que Messi tiene una técnica tan depurada que le permite hacer cosas que 

Pedro no puede hacer. Yo lo encuentro erróneo. Pedro tiene una técnica muy 

depurada, es buenísimo técnicamente y las cosas que hace Messi él también 

las podría hacer. Técnicamente está dotado para hacerlas, ¿pero por qué no 

las hace? Porque no se imagina que las podría hacer o como mínimo no se lo 

imagina tan rápido como Messi ya que si te lo imaginas más lento que tu 

defensor te quita el balón y ya no lo puedes hacer. Por eso digo que para mí 

el talento es imaginar rápido.


- Entonces el talento es imprescindible, ¿o no?
- El talento es imprescindible para conseguir el alto rendimiento pero no es 

suficiente. El entrenador de Los Lakers Phil Jackson dice que el carácter es 

más importante que el talento. Estoy totalmente de acuerdo porque el 

carácter es el que permite que el talento surja, se desarrolle y se materialice. 

Veo deportistas con un talento brutal que no han sido capaces de cuajar su 

talento y demostrarlo porque no tenían humildad, autocrítica, autonomía, 

persistencia en el esfuerzo, no vivían de una manera compatible con el alto 

rendimiento, y por culpa de este carácter no han podido manifestar su talento.


- Hablando de entrenadores, ahora que comentaba Phil Jackson, ¿para 

usted cuáles han sido las claves del éxito de Pep Guardiola?
-  Principalmente dos claves. La primera es la gestión de las personas. Es un 

gran gestor de personas y ser el líder de un equipo implica tratar a todo el 

mundo diferente en función de lo que necesita, no de lo que pide. A diferencia 

de Frank Rijkaard, que trataba a todo el mundo diferente pero en función de lo 

que pedían los jugadores y no de lo que necesitaban. Tú tienes que ser 

suficiente psicólogo para ver qué necesitan las personas en cada momento. 

Guardiola también ha conseguido algo muy difícil que es hacer entender al 


resto del colectivo de personas que aquel trato diferencial que le haces a 

aquel individuo en particular no sólo es lo mejor para ese individuo sino que 

también es lo mejor para el resto del equipo. En esto, Guardiola es un genio.


-¿Y la segunda clave?
- Está relacionada con el nivel de competir. Guardiola es un experto ajustando 

el nivel de alerta de sus jugadores antes de los partidos. Si los jugadores 

salen al campo muy nerviosos o tensionados cometerán muchos errores por 

precipitación pero si salen relajados se les anticiparán en las acciones o no 

llegarán. Hace falta salir al campo con el nivel justo de alerta, ni mucho ni 

poco, para cada partido


- Podemos decir que Guardiola tiene mucha psicología deportiva…

- En este sentido soy bastante crítico. Una de las cosas que me permite mi 

profesión es trabajar con muchos entrenadores. Yo no creo que sea un genio 

aplicando la psicología, lo que pasa es que tiene mucho sentido común. 

Guardiola es un catedrático del sentido común y en un mundo donde hay tan 

poco sobresale mucho. Conozco a entrenadores que hacen servir la psicología 

y la integran tan bien como Guardiola pero nadie los conoce  porque son 

deportes minoritarios y no son tan mediáticos.


- Sin dejar el Barça, ¿cómo se explica que jugadores que lo han ganado 

todo sigan sin perder la motivación y las ganas de ganar?

- A la mayoría de los humanos ya nos fallaría la motivación. En este caso, no 

hay más remedio que trascender. Es decir, darle otro sentido a las cosas, un 

sentido que va más allá del objetivo real. El Barça no sólo juega para ganar 

sino también para ser un referente y un ejemplo para la sociedad. Y, por otro 

lado, estos jugadores quieren marcar una época, quieren pasar a la historia 

como el mejor equipo. Si no la ‘lían’ de esta manera tan grande faltan 

motivaciones porque un objetivo conseguido deja de serlo y cada vez tienes 

que fijar un objetivo superior que te haga más ilusión que el anterior. No 

queda más remedio que trascender.


-En este punto de trascendencia encontraríamos a Messi. Parece que este 

jugador no tiene límites a pesar de su juventud…

- Cuando vino a Barcelona de pequeño lo hizo con su padre y parte de su 

entorno le ha dado un punto de soporte para tener los pies en la tierra, eso 

ha sido muy importante. Y en la parte deportiva otra clave es el equipo. La 

prueba la tienes en la selección argentina, no es capaz de rendir al mismo 

nivel porque los valores que ha hecho servir Guardiola para crear este equipo, 

como la solidaridad, el sentido común, la discreción o la persistencia son 

valores que definen la personalidad de Messi y él se identifica con estos 

valores. El Barça también se identifica con Messi. Existe esta comunión tan 

clara e identitaria y a Messi le es más fácil asumir el rol que tiene en el Barça.


- Guardiola en más de una ocasión ha manifestado que es partidario de 

contratos cortos, ¿pero este Barça se entiende sin Guardiola?
- Cuando el entrenador Phil Jackson llega al baloncesto profesional dice que 

los jugadores son muy egoístas, y piensa cómo pueden ser tan egoístas y 

jugar a un deporte en equipo. Yo siempre digo que en los deportes 

individuales para triunfar tienes que ser un poco egoísta pero para ser un 

buen deportista de un deporte colectivo tienes que ser generoso. Tienes que 

saber anteponer el bien colectivo al tuyo particular, y eso es muy fácil de decir 

pero muy difícil de hacer. 


- ¿Y cómo se consigue eso?
- Phil Jackson para arreglarlo propone apelar a una fuerza más grande y 

gratificante que el propio ego: la belleza del sistema. Se ha llegado a un 

punto que jugar en el Barça debe ser una pasada, tanto que está por encima 

del bien individual. Conocí a un entrenador que decía que cuando se juega 

para el equipo se juega mejor y se disfruta más. Esto es verdad. Cuando hay 

esta sintonía de equipo y ya se ha creado este sistema de juego, que casi va 

solo y ya da igual que jugador pongas en esa posición en el campo, funciona y 

además luce. Phil Jackson comenta que eres un líder cuando eres capaz de 

hacer mejor a los que tienes a tu lado. En el Barça está pasando esto, va 

solo, incluso ya no depende de quien juega y me atrevería a decir ni del 

entrenador, si ahora pones otro entrenador creo que la dinámica arrastraría.


- ¿Y todo esto se puede extrapolar más allá del ámbito deportivo?
- En una de las fórmulas del libro explico que si juntas la ambición, el orden 

en el estilo de vida y la humildad, esto asegura la progresión a nivel deportivo 

y de lo que sea.



- En el libro también hace referencia a la presión, algo ineludible para los 

deportistas de alto nivel. ¿Cómo se puede hacer frente a ella para rendir 

más?
- La presión se puede aprender a llevarla mejor. Hay varias maneras de 

afrontarla. La primera es evitarla, ésta es la peor de todas. Si tú tienes un 

problema y lo evades se hace cada vez más grande, y no estás aprendiendo 

nada. La segunda manera es controlándola, ajustando muy bien el nivel de 

activación para jugar. La tercera manera es tolerar la presión, saber que forma 

parte de la competición y tarde o temprano vendrá. Se trata de que la dejes 

pasar, que no te rebotes, que hagas lo mismo que harías a pesar de que no 

estuviera. Para ello utilizo la frase de un actor, John Wayne, que da título a 

uno de los capítulos de libro: “Ser un valiente es estar muerto de miedo y a 

pesar de eso subir al caballo”.


- Interesante frase…

-  Todo el mundo tiene miedo y lo que se trata es subir al caballo. Y hay dos 

clases, los que suben y los que no. Y la última y mejor manera de afrontar la 

ansiedad es disfrutar bajo presión. Los mejores lo hacen. 


- Uno de los principales miedos para los deportistas supongo que será la 

retirada. ¿Este momento es uno de los más traumáticos?

- Sí, sobre todo si no se ha preparado suficientemente bien y se produce de 

una forma traumática por culpa de una lesión. Hay pocos deportistas que se 

acercan y comienzan a ver el final para preparar la transición. Hay un servicio 

de la Dirección General Deportes, que tiene su sede en el CAR, el Servicio de 

Asistencia al Deportista (SAE) , que tiene esta función, anticipar y preparar la 

retirada del deportista para que sea lo menos traumática posible.


- En su trabajo en el CAR y por su experiencia durante estos años, ¿cuáles 

son las principales consultas que atiende de los deportistas?
- Básicamente son tres consultas. La primera está relacionada con no saber 

competir. Deportistas que entrenan de una forma perfecta pero llega el 

momento de la competición y los nervios les pueden. Otra consulta es cuando 

los deportistas nuevos se integran al CAR y su estilo de vida cambia 

radicalmente. La mayoría son deportistas que nunca habían salido de casa y 

se tienen que espabilar. Les cuesta adaptarse, no quiere decir que no se 

adapten sino que les cuesta, y son demandas que van en la línea de facilitar 

la adaptación. Y para acabar problemas de orden personal. Son personas 

antes que deportistas. Cuando pasan estas cosas evidentemente afecta el 

rendimiento.


- ¿Y a partir de que edad se tendría que trabajar aspectos psicológicos 

con el deportista?
- Desde el principio se puede empezar a trabajar. En el CAR la edad mínima 

para estar interno es a partir de los 14 años. Aunque no es tanto la edad sino 

el grado de autonomía, madurez y la claridad de los objetivos del deportista. 

Una de las cosas positivas de la psicología es que hace el vestido a medida.


- Para acabar la entrevista, ¿algún consejo para los deportistas que 

empiezan?

- Les digo que no se precipiten y que tengan coherencia entre el nivel de 

ambición de los objetivos y el compromiso de los medios. Si quieres ser uno 

más con que te impliques un poco ya lo tienes, si quieres ser uno de los 

mejores te tienes que comprometer, y si quieres ser el mejor tienes que vivir 

de una manera. Para ser uno más no hace falta incorporar un psicólogo, para 

ser unos de los mejores lo recomiendo, y para ser el mejor es imprescindible.




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